Capitulo 12: Piloto de rally

Mientras bajaba la escalera hacia el salón para desayunar  pensaba en lo idiota que era por no desconectar el despertador, y una vez abajo… en lo idiota que era por no acordarme que a esta hora del sábado aun no había nadie despierto, pero era una buena ocasión para fastidiar a mi hermana, volví a subir la escalera y me dirigí a su cuarto, abrí la puerta despacito y observo que esta despierta  tumbada en el suelo encima de la alfombra con los ojos abiertos mirando al techo. Le pregunte:

-¿Qué haces?

-mirando las nubes…

Mire a su techo y por más que miraba no veía nubes… de modo que salí de su cuarto con cerrando la puerta despacito.

Fui a la cocina a ver que podría desayunar, encontré magdalenas, chocolate, tostadas, leche, frutas bueno lo que suele haber en las cocinas, como no me apetecía mucho andar preparando nada cogí la batidora, y lo eche todo lo que pille, lo siguiente que recuerdo es una escena de mi mano sangrando la batidora echando humo y la cocina tenía una nueva decoración en las paredes a base de un gotéele orgánico…

Después de eso lo mejor que se tendría que hacer seria ser un chico responsable y comenzar a limpiarlo todo y dejar la cocina tal cual estaba en un principio.

Pero no lo hice… me vestí a toda prisa y salí a la calle con dirección a casa de madero para molestarle quedar con él para alegrarle el día con mi presencia, por el camino vi un coche chulísimo con las puertas abiertas y las llaves puestas, inmediatamente fui a buscar al dueño del coche para informarle.

O eso es lo que tendría que haber hecho…  me monte en coche con la intención de ir con el conduciendo a casa de Madero para no cansarme, arranque el coche y al meter la primera marcha pise a tope el acelerador sintiéndome un piloto de rally, pero seguramente las marchas del coche estaban mal puestas y donde debería tener la primera estaba la marcha atrás y le metí un golpe gigante al coche de detrás (cualquier cosa antes de admitir un error).

 Finalmente después de unos minutos conseguí ponerlo en marcha, después de unos minutos de tirones pude estabilizarlo, mientras conducía me sentía poderoso ya ni recordaba que el coche no era mío, miraba por la ventanilla para sentir el viento en la cara, pero de repente sentí un bache gigante, pero mirando por el espejo me fije mejor y no era un bache, era una persona que quedo totalmente destrozada por el impacto… 

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