Ya que el pan estaba en el suelo, y que tenía hambre no se me ocurrió otra cosa que dirigirme hacia allá para poder saciar mi apetito, una vez allí cogí una a una cada paloma y me las comí acompañándolas de pan, el señor horrorizado al ver la escena se quedo congelado, no creo que fuese para tanto, le deje algunas palomas… precisamente las que echaron a volar, por lo menos esta vez sí que acabe lleno.
Saciado mi apetito continúe con mi marcha, no me dirigía a ningún lugar en concreto, pero de alguna manera debía hacer tiempo, pues ese día tenía pensado ir a jugar al póker en casa de un amigo, allí se reunían los peores y más despiadados chicos de todo el cole, me sentía afortunado de tener un hueco entre ellos.
Mientras caminaba me encontré una muchacha en un columpio, esta estaba en la clase de al lado de la mía, era realmente guapa, siempre me quedaba embobado cuando pasaba por enfrente de mi clase, pero esta vez sentía que mi corazón quería saber más de ella, así que saque todo mi valor y me decidí a hablar con ella y así al menos saber su nombre, me aproxime asta estar cerca de ella, con voz escuálida y temblorosa dije:
Asustado, confuso, con los calzones sucios y con el corazón roto, salí de allí corriendo, aun con el corazón roto no me daría por vencido, tenía grandes esperanzas, algún día sabré su nombre.
Y mientras corría pensaba, me detuve en mitad de la calle, de repente se me saltaron las lágrimas, me puse de rodillas en el suelo, alce los brazos al cielo y dije con voz fuerte y triste:
¡¡¡¡ME HE CONFUNDIDO DE DIRECCIÓN, MIERDA!!!!
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